Cuando llegué aquí
los jacarandás estaban en flor,
ya empezando a caer.
Los parques estaban literalmente inundados de flores
y el más pequeño soplo de aire nos traía una lluvia lila,
los jacarandás chispeando,
janitzio* (flor de lluvia,
o la lluvia en flor).
Ahora ya terminó de llover
ya no tienen flores
y se ven verdes, exhuberantes.
En el suelo aún quedan
las flores marchitas
arrugadas
pequeñas
se me enreda en los pies el otoño de los jacarandás
mientras me lleno los ojos con la primavera insolente
y verde de sus copas.