Una jauría de mariposas en mi estómago, una tormenta de
pieles erizadas me asalta por la espalda…fértil, fértil, fértil siento que mi
cuerpo se balancea entre el escalofrío y tu lengua y se estremece hasta el
centro de mi tierra, que todo tiembla y nadie se da cuenta. Me cuelgo
despeinada de las cuerdas de tu guitarra, en una hamaca de acordes y suspiros,
serpenteando veo tu voz prenderse de todo lo que me rodea, se deshilacha y
ondea, se me cuela dentrodentrodentrodelosojos…respiro tu silencio y vuelo. Con
una camiseta de rayas, grande y desharrapada vuelo, siento cosquillas de tus
pestañas revolviendo entre mis muslos, no me da tiempo siquiera a jugar a huir.
De repente me asusta echar raíces en este placer y me vuelvo pequeñita,
pequeñita…tan pequeña que te puedo navegar y me lleva la marea…
Te camino paso a paso, montaña arriba desde los dedos de tus
pies, inundándote de puro agua que me derramo. Me cuesta coronar tu pezón
izquierdo, que sobresale de la superficie del mar, y te habito. Llueve tanto
que pronto subirá el nivel del mar, pero no me importaría anidar aquí un
tiempo, cazar tortugas para hacer carreras y volar en pez globo…No me
importaría. ¿Sabes? creo que podría vivir en esta corriente tuya, y volverme
pez araña y tejer telas de algas para atrapar plancton pegajoso…
Cuerpocuerpocuerpo. Quiero darle vueltas en mi boca a esa
sensación de tu aliento en la nuca, cerrar los ojos y sentir el vértigo de
columpiarme de tus besos, manos, mimos, meses de mayo de calor y de rayos de
sol mojando tu espalda…
Te vas. Y me baño en esas sombras de uñas mordidas y
canciones melancólicas, ¿qué haría si hoy no se disipara esa oscuridad? ¿Qué
haría si la sal me cristalizara en los ojos? Por no abrir la mano, por no
dejarte ser, por tensarme las cuerdas del corazón hasta que se esté
desafinando…me dejo ir.
Me escribo en un papel cebolla, recorto letra a letra y me
soplo al viento como si fuera un vilano…pedacitos de mí bailan en el cielo y me
hago liviana y me disperso. Os lo doy todo de mí, ahora ya no me pesa. No
necesito mi piel. En la oscuridad no nos hacen falta esos límites.
Me encuentro como gotas de agua condensándose en la ventana,
que dan de beber a una violeta que será comida de una burrita, que dará leche
que amamantará a una mujer que será mi madre y me dará a luz. [Me reconstruyo]. Otra vez. Otra
vez aquí. Para cuando vuelvas (si es que vuelves) ya no habrá marañas de miedos
y penas. Ahora quiero mejor.
Eres la tormenta, eres el primer rayo de sol de la mañana, la mano que llama a la puerta, la risa mas pura y más larga. Como el mar, inmenso. Como las olas, que traen siempre algo nuevo. Pura vida y un animal salvaje. Eres un recuerdo precioso con música en las manos.
ResponderEliminardejas a tu paso las huellas profundas y la playa más larga se hace a tu lado un paseo .
TENGO GANAS DE VERTEEEEEE YAA
la niña jicama te escribeee
Si me dijeras: "Escríbeme un poema", te escribiría en la piel: "Existes".
ResponderEliminarSe me quedó grabado con el sol del otro lado del océano.
YO TAMBIÉN TENGO GANAS LOCAS DE VERTE!!
Pronto ;)
Por cierto, qué alegría leerte por aquí :)
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