...Últimos latidos de primavera en mi casa...

Café y lluvia, últimos latidos de primavera en mi casa, los pies fríos y una sensación extraña río abajo por mi espalda. Creo que voy a llorar por mimetismo, por compañía, por afinidad. 

Es raro ver llover cuando te acogen capas y capas de hierbas silvestres, plantas, arbustos, árboles gigantes inclinados y nudosos…es la selva, es el trópico, es el monzón (en mi casa…).

En mi casa puedes andar descalza sobre la tierra mojada. Puedes sentarte en el suelo, dejarte empapar del silencio y ser. Puedes brotar, cubrirte de hojas, puedes crecer buscando el sol, puedes echar raíces. 

Mañana habrá niñ@s en mi casa, que será su casa. Será más difícil ser árbol y dejarse trepar. Será más difícil dejarles resbalar en el barro y verles volar como pájaros, pero será…

Las semillas crecerán con ell@s y lo llenarán todo, también ell@s serán monzón y cambiarán el ciclo una y otra, y otra vez.

No necesitarán ser regad@s, ni buena tierra, ni calor de invernadero. L@s niñ@s de esta casa revolverán esta vida, se beberán la luna, se irán y sembrarán el mundo, su mundo, su tierra, esta tierra mojada que pisan mis pies descalzos.