No rezamos porque nos damos las manos decididas a recuperar el mundo que nos usurparon
nuestro instinto más depredador,
más profundo
hacia el lugar donde habitan aquellos deseos,
sueños,
que compartimos para que se hagan...
realidad
de la mujer que no es,
que todos vislumbran pero es una distante burla que no existe
porque lo necesitamos,
un nuevo modo para poder comprendernos y apoyarnos
cuerpo con cuerpo
desde la alegría
en la fuerza colectiva
porque juntas somos invencibles.
Imagen procedente de http://asociaciongaraipen.blogspot.com.es |
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