Fantasías de una tarde de lunes y emociones a flor de piel.
Desnudez y elementos negros con metal frio. Algo rojo y hachís. Sirdis, de Alina Orlova y locura de la que te lleva y te trae de vuelta. Restricción sensorial, vendas en los ojos para caer vertiginosamente en el bucle de la música. Chocolate y saliva.
Paradise Circus de Massive Attack debería durar tres veces más mientras te siento desnuda contra mi cuerpo. Cuando el ritmo base para y se queda suspendida sólo la atmósfera, su voz y los ruidos fríos directos al hipotálamo tú te lames los dedos. Aires de Marla Singer.
Una película muda y todo es rojo y negro. Parece que el corazón se me va a salir del pecho en cada envite de la voz de Alina en 4yAeca. Sexo con sabor a los años '20.
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