Esos ratos en los que me siento
desubicada, me siento
fuera de lugar o buscando todo el tiempo moviéndome
no sé, despistar
pensamientos recurrentes de aquello que en realidad no quiero
pero que mi imaginación me devuelve en formato
propaganda de la felicidad o del bienestar al más puro estilo cinematográfico.
Me meto en la cama y me dispongo
para masturbarme guardo
un trozo de este tiempo este espacio
compartidos parece que no puedo estar del todo
conmigo misma ni del todo
con lxs demás con lxs otrxs.
Después de un orgasmo tengo
unos tres minutos desconectado el pensamiento abstracto tengo
tres minutos y después puedo
darme la vuelta abrazarme
a mi gran perra de peluche y dormir
apagar
multiplicarlo.
Es difícil levantarse después de un orgasmo, que no
se ha llevado la inquietud que no
ha disuelto el desasosiego
me levanto y quiero
cantar
cantar siempre desenreda sin tener que mirar.
Debería haber unx wilhem reich del sonido
resonando en cada recoveco
de un cuerpo, haciendose ecos, dejando
que se pierda en el camino aquello
que no tenía tanta fuerza sólo
estaba allí posado, atragantando.
Un ruido afinado se ordena
entre tus tejidos, incluso
vibran hasta los huesos.
El pálpito
del corazón deja de estar asustado
y queda
bajito no quiere atención sólo
se queda ahí acompañando.
Es difícil cantar después de un orgasmo
la garganta se queda atenazada
los músculos tensos alineados
tienen que relajarse y dejar paso
al aire que viene sujeto
en columna de viento cantando
desde lo más hondo del suelo pélvico
(ó
de las plantas de los pies o las manos o
cualquier lugar no soy
especialmente dogmática con esto)
Al cantar piensa en elástico me decían
al resonar se lleva el veneno
no hay nada de mística en esto
pura geología de un cuerpo.
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