[Tras leer Billete de vuelta,
Carmen Juan, en Amar la herida (2014)]
No hay prisa ni hay ya urgencia.
Ya no se hace tarde porque en este lugar que habito ahora -la decisión la resolución el tensar de la cuerda que me jala del plexo con esta espalda tan recta y la barbilla irreductible- están compactadas todas mis formas de mirar y alineadas hacia delante.
[Quise poner el frente pero la poesía, el relato siempre dará cuenta de que el frente es la guerra la memoria histórica las cunetas los rapados los conventos-reformatorios los campos de concentración las torturas los paseíllos las que se echaron al monte el hambre; quise poner el frente pero mirar al frente para nosotras es necesariamente mirar a la historia al territorio a las cicatrices hilvanadas de generación en generación, y ese
es otro lugar a escribir,
esos
son
otros poemas].
Yo estoy en ese tren
Yo estuve y volví todas las veces
Miento
No todas
Sé que he estado fuera antes.
Pero muchas veces
durante mucho tiempo me quedé
sentada me alivié de que alguien
tuviera el valor de tirar de la palanca
y pudiéramos volver todas.
Ahora estoy en ese tren
y no tengo miedo a volver
y mirar como se van bajando
Y abrazan a sus criaturas.
Yo no tengo nada que hacer aquí ya
Las mías no están se fueron.
Yo seré la que quede en el tren cuando el anden se quede ya vacío
Y vaya hasta el revisor y le diga
Ya están todas en casa
Marchamos.
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