jueves, 31 de diciembre de 2015

Navidades y propósitos para el año nuevo.

Las navidades son una época del año que nos expone a las personas no monógamas, poli, y GSD (de géneros y sexualidades diversas). La exaltación de los valores conservadores relacionados con la familia y el amor tradicionales, tan heterosexuales, tan monógamos, tan enfocados a la reproducción de la familia nuclear, productiva y funcional.

Pero más allá de los discursos, es una época que se puede hacer difícil para las que vivimos de maneras no convencionales y no hegemónicas, de maneras que no podemos compartir con nuestras familias biológicas/de adopción.
Es difícil estar en el armario. Es difícil estar fuera del armario siendo conscientes de la fragilidad en la que nos coloca esto. Es difícil sentirnos expuestas a las miradas y los juicios de la gente que nos ha criado, parte de la cual gente a la que queremos, y también la gente que está criando a las siguientes generaciones de nuestras familias. Es difícil saber que no vas a tener el refuerzo social y el reconocimiento. Es difícil colocarse en la propia vida, cuando vuelves de una inmersión cultural en el país de la monogamia heterosexual romántica y productiva por norma. Es difícil proteger la propia manera de entender las cosas, y no verse removida en cosas que no sabemos si son nuestras o suyas. Es difícil sin referentes en la familia. Es difícil con las bromas, los juicios. [Y soy muy consciente de la suerte que he tenido yo de poder vivir esto fuera del armario, y de tener aliadas dentro de mi contexto familiar. Vivimos en un contexto en el que la violencia cisheteronormativa sigue presente y llegando a intensidades tan altas como a inducir suicidio (el último hace nada, no olvidamos). Hay muchos niveles de violencia, y queremos vivir libres de todos ellos.]

Por eso ahora que es navidad y os leo, y nos pasan cosas, pienso en vosotrxs -la gente poli, la gente de GSD, la gente en formas de familia no convencionales (y que pueden ser las mismas personas)-. Y nos mando un abrazo muy grande, gracias por existir; por la decisión para vivir vidas no imaginadas, y se hace más fácil sabiendo que no estamos solas, y haciéndolo juntes.

Para este año que entra quiero seguir siguiendoos la pista, seguir sintiendo que nuestras comunidades crecen y trabajar para que puedan seguir haciéndose más fuertes, o menos vulnerables.




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