Tienes que dejar que su dolor y su rabia te invadan hasta que todo se vuelva tóxico,
que hagan reacción con las heridas que cubren tu cuerpo y tu corazón
y empiece a hervir el dolor.
El dolor es de ese tipo de venenos que cura en la dosis adecuada. Tienes que intoxicarte muchas veces hasta que aprendes cuál es tu medida y puedas curarte sola
removiendo tu dolor y tu rabia.
Escribiendo.
Yo me curo escribiendo.
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