Hace poco una persona querida me contó que andaba en ese momento en el que muchas nos hemos visto en un momento o en otro. Estaba empezando una relación y quería tener "esa" conversación: "quiero que esta relación sea abierta, que podamos vernos con otras personas." Algo como "Me planteo esta relación no monógama". Y me preguntó, ¿cómo se hace esto?
Está claro que hay tantas situaciones y maneras de plantearlo como personas y relaciones en el mundo. Este verano recuerdo otra conversación sobre esto, donde unas algunas contaban y cada una lo había hecho a su manera. Después de hablar un rato, lo que yo le contesté a esta persona querida fue, entre otras cosas, algo que para mí es fundamental: teniendo claro que estás contando algo importante de ti que no es nada malo.
Y esto para mí es importante porque a veces tenemos una parte del estigma interiorizado, y como en otros aspectos de nuestra identidad que puedan ser no convencionales, otra persona puede rechazar determinada forma de hacer las cosas en su vida, pero no rechazar que nuestra forma de vivir o un aspecto de nuestra identidad sean en sí válidos. Es decir, lo que pongo en la mesa en ese salir del armario es una propuesta de cómo construir una relación, no la validez de las relaciones no monógamas, el que se puedan vivir en positivo, o la validez de la propia identidad no monógama.
Y me acordé de esta entrevista que me hizo Marta Serrano para Inquire Project, que me lanzó este tema en la 3ª pregunta:
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